Creemos que lo más importante para el desarrollo adecuado de un frutal es mejorar la fertilidad natural de su suelo por lo que nos centramos en que los niveles de fertilidad física, biológica y química aumenten cada año. La principal herramienta que utilizamos para este fin es la cromatografía de suelos.
Generamos espacios de biodiversidad vegetal en las fincas tanto en los perímetros como al interior de estas para albergar durante el mayor periodo del año a insectos y aves auxiliares que nos ayudan en el equilibrio del sistema.
Mantenemos las cubiertas vegetales a lo largo de todo el año ya que es fundamental para una adecuada infiltración del agua, aumento de la materia orgánica sobre y bajo la tierra, mantenimiento de la humedad en períodos calurosos y adecuada actividad microbiana del suelo.
Los tratamientos que utilizamos son los más amigables con el medio ambiente y el entorno y se realizan anticipándose al origen del problema para solucionarlo a largo plazo. La mayoría de los productos utilizados son de origen vegetal, mineral o animal.
Entendemos al árbol como un ser vivo que necesita un sin número de elementos para que su desarrollo sea sostenible y productivo en el tiempo, la búsqueda de la comprensión y entendimiento de cada uno de estos elementos es lo que hace la diferencia entre un “agricultor(a)” (cultura del agro, de la tierra) y un(a) aplicador(a) de productos.