Justicia para la sierra – no más incendios Manifiesto “Por la defensa de nuestropatrimonio
Aldeanueva de la Vera, 22 de noviembre 2020
El 27 de agosto de 2020 sufrimos, una vez más, el azote de los incendios forestales en
nuestra sierra: 4.139,67 Ha arrasadas por el fuego, el 53 % de la superficie calcinada en
Extremadura en la época de peligro alto, el segundo incendio más grande en España
durante el 2020.
Las asociaciones, organizaciones y la ciudadanía concienciada aquí presentes, por motivo
del enorme impacto que ha supuesto el gran incendio forestal de este verano, entre el
Valle del Jerte y de La Vera, con especial virulencia en la sierra de Aldeanueva, Garganta y
Cuacos, consideramos que es necesario alzar la voz para acabar con la lacra que suponen
los incendios forestales que año tras año arrasan nuestra sierra.
Su extinción nos cuesta mucho dinero a todas y sobre todo, provoca un daño ambiental
difícilmente cuantificable en vida desaparecida, en toneladas de CO2 emitidas, en pérdida
de suelo o en la disminución de la calidad de las aguas de nuestras gargantas. No se
pueden medir los sentimientos que nos provoca ver un paisaje calcinado por el fuego.
Nos hemos acostumbrado a vivir “en la cultura del fuego”, de la que sólo somos
conscientes cuando un incendio adquiere grandes dimensiones. Su arraigo es tan
profundo que justificamos su mala utilización para casi todo: eliminar vegetación
competidora, “limpiar” el monte para transitar, crear nuevas zonas de alimentación,
como venganza y muchos otros intereses que han ido transformando el entorno en las
últimas décadas, con el uso del fuego como instrumento moldeador, sin ser conscientes
del riesgo que entraña.
Fruto de la política agraria y de la globalización se ha producido un abandono paulatino
de la actividad agrícola, forestal y ganadera. Con la desaparición del pastoreo de la cabra
verata, la biomasa vegetal se acumula en los bosques y aumenta el riesgo de incendios y
la dificultad de sofocarlos.
Dentro de estos cambios, están las grandes fincas situadas en las zonas altas de la Vera y
del Jerte que han ido sustituyendo el aprovechamiento ganadero tradicional por el de la
caza mayor. Esta nueva actividad, más lucrativa a día de hoy, parece estar detrás de
buena parte de los incendios que asolan nuestra sierra en los últimos cuatro años. Y no es
que lo digamos los vecinos, es que la propia Junta de Extremadura, de forma implícita, lo
está reconociendo al aprobar la resolución de 22 de septiembre de 2020 en la que se
prohíben los aprovechamientos cinegéticos en los terrenos forestales afectados por el
gran incendio de este verano.
Agravan la situación un plan INFOEX poco eficaz cuando se afrontan grandes incendios en
zonas de de montaña, la precarización de las condiciones laborales del personal de
extinción, la escasez de agentes del medio natural para la vigilancia, la no ejecución de los
Planes Periurbanos de Prevención de Incendios Forestales por parte de los
Ayuntamientos, junto a la ausencia o no ejecución de Planes de Prevención de Incendios
Forestales a los que están obligadas las fincas de más de 200 has en las zonas de riesgo.
La externalización de la investigación de incendios forestales, y la falta de comunicación
de los resultados de las investigaciones, transmiten una sensación de impunidad ante la
comisión de delitos ambientales como este, favoreciendo la recurrencia de estas
catástrofes en zonas de cotos de caza mayor de la cabra montesa, desde 2016 en la
Garganta del Hornillo hasta este 2020 en Los Pilones.
Durante los días del gran incendio de agosto se ha vivido con miedo, incertidumbre e
indignación. Se ha puesto en peligro la vida de personas, se han producido grandes
pérdidas ambientales y económicas y las consecuencias han sido devastadoras.
Por todo ello demandamos:
A la Consejería de Agricultura, Desarrollo Rural, Población y Territorio de la Junta de
Extremadura, Mancomunidades y a los Ayuntamientos de la Vera y del Jerte
1. Que la prohibición del aprovechamiento cinegético en las zonas incendiadas no
se levante antes de los dos años inicialmente establecidos, tal y como podría
permitir la resolución de 22 de septiembre de 2020 aprobada, sino que se
incremente a 5 años un tiempo mínimamente razonable para la restauración
del suelo.
2. Que esta prohibición se extienda a todos aquellos terrenos afectados por
incendios intencionados en los que haya indicios de que están motivados por
la caza y se prohíba y acote la caza en toda la superficie de los cotos
colindantes de caza y no solo en las zonas quemadas, e igualmente el pastoreo
ganadero cuando la intencionalidad de los incendios indique que son
originados para beneficio de estos sectores.
3. Que se fomente aún más la investigación de los incendios forestales, con
equipos permanentes y profesionales formados por personal de la
administración. Y que se dé estabilidad a estos equipos tan importantes en la
determinación de las causas de los incendios forestales en nuestro territorio.
4. Que sean públicos los resultados finales de las investigaciones de estos grandes
incendios y se destierre, de esta forma, la sospecha de impunidad que parecen
tener sus autores.
5. Que se publiciten los costes de extinción de los grandes incendios, así como los
costes de las actuaciones urgentes y los planes de restauración del medio y si
se van a repercutir estos gastos a quienes los provocan.
6. Que se prohíban o suspendan temporalmente las quemas prescritas en toda la
sierra, incluida la Reserva de Caza de la Sierra, hasta que no se haga una
evaluación objetiva e independiente que demuestre su eficacia como
herramienta para la prevención de incendios forestales en esta zona, así como
de los efectos ambientales que causan comparándolos con aquellos lugares
donde no se han realizado.
7. Que las medidas aprobadas para la recuperación de la cubierta vegetal de las
zonas incendiadas se mantengan el tiempo requerido para alcanzar sus
objetivos y se les dote del presupuesto necesario para ello, informando a la
población de los logros alcanzados y del dinero invertido.
8. Que se impulse la declaración de este territorio como Parque Natural, acorde
con la figura de protección de Parque Regional existente en la Comunidad de
Castilla y León.
9. Que se ejecuten, por parte de los Ayuntamientos, los Planes Periurbanos y
cualquier otra medida de prevención que permita reducir el riesgo de las
poblaciones frente a los incendios forestales. Y que se controle que los
propietarios de fincas de más de 200 Has cumplan, también, los Planes de
Prevención de Incendios Forestales
10. Que se facilite apoyo e información a las personas afectadas por el incendio o
por sus consecuencias, en la valoración y reclamación de los daños
ocasionados en las fincas, en la tramitación de las denuncias correspondientes,
y en las reparaciones urgentes de caminos y regueras, atendiendo
especialmente a las fincas que están en producción.
Por lo tanto, instamos a la Administración autonómica y local, a las agencias de
desarrollo, a las asociaciones y organizaciones de las Comarcas del Jerte y de la Vera a
promover y liderar un desarrollo rural integral en la zona, recuperando actividades
tradicionales bien definidas y sostenibles, impulsando el pastoreo tradicional
extensivo de la cabra verata, limitando actividades incompatibles con la conservación
de nuestro entorno, y en definitiva, poner el medio natural y sus recursos al servicio
de los ciudadanos, exigiéndonos a nivel individual y colectivo, la máxima
responsabilidad e implicación para evitar los incendios que asolan nuestras comarcas.
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